Lee, Haak-Sung:
Mientras estaba orando en lenguas, tres demonios me atacaron al mismo tiempo. Uno tenía cara de humano y cuerpo de dragón, otro era un demonio calavera, y el último tenía una máscara de metal puesta, era el mismo demonio que se me había aparecido antes. Sorpresivamente éste estaba llevando una sierra eléctrica, cuando él jalo el arranque, el motor comenzó a sonar ruidosamente. Tuve que taparme los oídos con las manos para poder continuar orando en lenguas. Este demonio quiso cortarme las manos así que me atacó con esas intenciones. Yo no quería perder, así que esquivé el ataque. Durante la pelea tomé la sierra eléctrica y rebané las manos del demonio. Tenía que estar en total concentración, porque si bajaba la guardia por un segundo, hubiera sido rebanado. Éste estaba gritando tratando de evitar que lo hiriera. Yo traté de capturar a los otros dos, pero corrieron desesperadamente lejos de mí. En ese momento, Jesús apareció y fue testigo de todo lo que sucedió. Cuando vi a Jesús, me llené de más fuerza para vencer a los demonios.
Cuando Jesús se fue, otro demonio se me acercó. Lo atraje hacia mí diciéndole, “Ey! Ven aquí y te enseñaré algo divertido! Por acá! Apresúrate!” Pero el demonio miró desconfiado, y se rehusó a venir.“Ey, yo realmente tengo algo divertido aquí para ti! Ven aquí y mira!” dije, pero éste todavía no confiaba en mí. Él me preguntó, “¿Tú prometes no castigarme?” entonces yo respondí, “¿Por qué te castigaría? Yo solo quería compartir algo divertido contigo, entonces ven!” Luego él vino a mí emocionado, esperé pacientemente a que estuviera a mi alcancé y entonces, agarré su brazo y comencé a darle vueltas en el aire, y lo tiré contra la pared.
Pero, mientras estaba peleando con el demonio, repentinamente estaba recordando mis pecados pasados. Recordé cuan negligente había sido en cuidar a mi abuela antes de que ella muriera. Empecé a sollozar y a arrepentirme delante del Señor de cada pecado que pude recordar. Mientras estaba orando, de repente, escuché el sonido de fuertes pisadas, como si un ejército estuviera marchando alrededor de mí. No fueron uno ni dos, sino cientos de pisadas marchando al unísono. Poco tiempo después, vi un grupo grande de demonios furiosos contra mí, todos llevando uniforme militares. Con el Señor dandome fuerza, no había que temer. Por el contrario, estaba fuerte, no importando como los demonios atacaran. Yo sabía que los demonios que estaban viniendo a atacarme se estaban poniendo mucho más rudos que los anteriores. No importa cuan feroces eran los demonios, cuando usaba el nombre de Jesús, todos corrían por sus vidas. Cada vez que miraba esta escena, me sorprendía de cuán maravilloso es Jesús y me llenaba de un gozo tremendo. Aún ejércitos de demonios huyeron en Su Nombre.
Pastor Kim, Yong-Doo:
Estaba clamando al Señor con mis manos levantadas en alto por alrededor de 30 minutos, cuando mis manos comenzaron a hacer círculos una y otra vez por encima de mi cabeza. Y luego mi mano izquierda comenzó a moverse desde adentro hacia afuera, seguida por mi mano derecha imitando a mi mano izquierda. Repentinamente, ambas manos empezaron a retorcerse hacia afuera como un pretzel, y se quedaron atrapadas en esa posición. Fue una posición torturante e incómoda, difícil de aguantar. La mano que había sido atacada por los demonios la última vez me dolía.
Luego mis manos se voltearon en la forma contraria, desde afuera hasta adentro a intervalos de un segundo nuevamente. Primero mi mano izquierda, luego mi mano derecha se había retorcido hacia adentro, y estuve atrapada en esa posición por otros 30 minutos. Me estaba poniendo impaciente y enojada porque lo que estaba sucediendo estaba tomando mucho tiempo.
Yo me quejé, “Señor! ¿Por qué me haces sufrir tanto? Tu sabes muy bien cuan dolorosas fueron las mordidas de los demonios y todavía tu buscas un método que es doloroso para mí…Si Tú vas a hacerme voltear desde adentro para afuera hazlo rápidamente, en lugar de eso parece que estuvieras jugando conmigo…¿Qué me estás haciendo? Estoy impaciente, no sería conveniente para ambos si sólo me lo dieras de una vez?” Yo comencé a atacar al Señor con mis quejas.
Mi terrible naturaleza continuó quejándose sin detenerse, Lo ataqué sin cesar con palabras duras:“Señor, si Tú solo me tocas con Tú fuego santo y abres mis ojos espirituales ¿ no sería beneficioso para ambos? ¿Quién puede recibir los dones espirituales si Tú lo haces tan difícil de obtener? Es pesado y tedioso para ti y para mi también entonces porque no lo apresuras y pones la bendición espiritual ahora? Ahora! Por favor!”.
No importa cuanto yo rogué y pedí los dones espirituales, si el Señor decide no otorgarlo, así es. Aún en mi estado físico en ese momento, yo cometí un pecado, cuando comencé a hacer demandas irrazonables. Yo grité llorando con todas mis fuerzas, pero el Señor continuó repitiendo el proceso de torcer de mis brazos a través del Espíritu Santo. Lo hizo docenas de veces. Pensé para mi mismo, “¿Qué don espiritual está tratando de darme? ¿Qué clase de don espiritual es este?” Yo estaba muy irritado, y urgentemente deseé que viniera el fuego ardiente como una tormenta y me tocara, pero el Señor no compartía mis sentimientos de urgencia, en su lugar, Él me frustraba cuando continuaba procediendo muy despacio. Cuanto oré? Debió haber sido alrededor de cuatro horas. Luego, repentinamente se detuvieron mis brazos, y mis manos se comenzaron a mover más rápido desde el frente hacia atrás. Pensé que estaba experimentando esto por tener mucho tiempo mis manos en alto, así que traté de relajar mis brazos y manos completamente, pero el sacudir rítmico continuó, sin importar nada más. De hecho, esto fue cómico. El Señor me dijo que yo estaba en el proceso de recibir el don de sanidades y el poder para hacer milagros.
Hasta ahora, mi conocimiento sobre los dones espirituales era vago. Yo pensaba que si oraba y leía la Biblia en cuanto a dones espirituales, yo podía recibir los dones que yo quisiera. Pero, el Señor estaba enseñándonos a través del rally de oración sobre los dones espirituales detalladamente. Cada día experimentamos bendiciones y nuestros días estaban llenos de gozo y de vida abundante.
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