Lee, Haak-Sung:
Los ataques del diablo comenzaron. El dragón rojo que vió Joo-Eun se me apareció. Su enorme tamaño me asustó. Tenía ojos verdes, y un humo negro salía de su nariz. Sus dientes eran afilados y la cola era terriblemente larga. Sin embargo, oré con determinación y desapareció. Un poco más tarde, un demonio femenino apareció gritando "ji, ji, ji!" Tenía la boca llena de dientes como un lobo. Además, comencé a escuchar un ejército marchando con botas de combate, pisando fuerte detrás de mí. Y habían sombras que me rodeaban. El ruido de las botas militares me asustó, así que empecé a llorar: "Señor, ayúdame. Por favor, ayúdame!". Yo estaba clamando al Señor, cuando Jesús se apareció en una luz brillante. Los espíritus malignos se desvanecieron tan pronto como apareció Jesús. Jesús tomó mi mano y yo canté y dancé con él.
Más tarde, Jesús me dijo: "Mi querido Haak-Sung, ¿quieres visitar el Cielo?". Tan pronto como tomó mi mano, mi cuerpo estaba vestido con una túnica blanca. Flotaba en el aire, y volamos hacia el Cielo donde los ángeles nos esperaban. El cielo sólo puede ser descrito como un lugar lleno de estrellas. Pensé que estaba soñando, pero el cielo era más real que el mundo terrenal. Todo el Cielo estaba cubierto de oro. No había ningún lugar desde el cual la luz no emanara. Muchos ángeles y santos se movían afanosamente, y los ángeles me saludaron con alegría. Le dije: "Jesús, yo quiero saber si hay una casa para mí en el cielo."
Entonces Jesús envió a dos ángeles para que me acompañaran hasta donde estaba mi casa. Mi casa no era grande, pero las paredes estaban hechas de ladrillos de oro. Vi un enorme jardín de flores, lleno de diversas flores. Tuve el impulso de saltar y correr en todo el jardín. Me llené de alegría y saltaba como un niño.
Lee, Kyung Yoo-:
Yo estaba orando en lenguas, cuando un demonio se me acercó. Tenía una cicatriz en forma de X en su ojo derecho y el ojo izquierdo tenía un parche como un mapache. Parecía un demonio masculino. Le grité: "En el nombre de Jesús, vete de aquí. Más tarde, un demonio con alas de murciélago se acercó a mí. "¿Qué he hecho de malo para que me molestes de esta manera?" El declaró, "Hey, yo nunca vendré otra vez si me dejas entrar dentro de ti y salir sólo por una vez." Yo le respondí: "Tú, demonio, En el nombre de Jesús, sal de mi vista!" Con esto, se desvaneció.
Después de eso luché contra tres o cuatro demonios diferentes. "De pronto sentí un dulce aroma a mi alrededor. Jesús se acercó y me llamó por mi nombre. "Mi querida Yoo Kyung-, dame tu mano." Así que yo extendí mis manos, y Jesús me tomó la mano con las suyas. Le dije: "Jesús, mi hombro está lesionado gravemente", entonces, él puso las manos sobre mis hombros y el dolor se fue.
Jesús le dió a cada uno de los guerreros de oración un “apodo”. Fue muy divertido. Por ejemplo, a Joo-Eun le llamó "Sesame" o "Pecas" porque ella está cubierta de pecas.
Más tarde, Jesús me consoló a causa de todo el dolor que estaba pasando por ver a mi familia en el infierno, "Mi querida Yoo Kyung-, tu lloraste mucho después de ver a tu abuela en el infierno." El Señor me recordó, "Yoo Kyung- cuando yo te lleve a visitar el infierno, no puedes darle la mano a nadie, incluso si es tu abuela querida. Nunca se le debe sostener la mano a nadie en ese lugar."
Jesús me llevó a visitar el infierno. Vi a mi padre fallecido y mi hermano menor de 26 años de edad. Él se suicidó ingiriendo veneno. Estaban ambos desnudos. Sus ojos se encontraron con los míos. "Mi hermana mayor, ¿cómo has venido aquí? Este no es un lugar para ti. Roguemos al Señor. Date prisa y suplícale que me saque. Ayúdame a llegar al cielo. Ahora! ". Estaba gritando, vi a mi hermano tirado en una olla de líquido hirviendo. Podía oír que hervía.
Jesús me llevó a visitar el infierno. Vi a mi padre fallecido y mi hermano menor de 26 años de edad. Él se suicidó ingiriendo veneno. Estaban ambos desnudos. Sus ojos se encontraron con los míos. "Mi hermana mayor, ¿cómo has venido aquí? Este no es un lugar para ti. Roguemos al Señor. Date prisa y suplícale que me saque. Ayúdame a llegar al cielo. Ahora! ". Estaba gritando, vi a mi hermano tirado en una olla de líquido hirviendo. Podía oír que hervía.
Desde que era niña, mi padre me despreciaba, y el odio había aumentado en los últimos años. Mi padre terrenal dijo, "Cuando vivía yo despreciaba muchas cosas que ahora yo lamento. Supongo que por eso estoy aquí ahora. Estoy sinceramente arrepentido. " Le pregunté a Jesús: "Señor, ¿por qué mi padre vino aquí?" Él respondió: "Tu padre ha pecado gravemente. No creía en mí. Cuando tu madre estaba embarazada de tu hermano y quedaba sólo un mes antes de que el bebé naciera sano y natural, tu padre tomó esa preciosa vida en el vientre de tu madre y le perforó el estómago. El bebé sufrió un traumatismo en el útero y murió. Tu padre obligó a tu madre a enterrar a un bebé que todavía estaba vivo en una montaña. ¿No sabías esto? Después de cometer un pecado tan malo, nunca lo confesó ni pidió perdón. Es justo que él esté aquí en el infierno "," y Jesús lo dijo con ira.
Vi otro rostro que conocía, y era la hermana menor de mi suegra. Me rogó encarecidamente que cuando regresara a la Tierra, que le dijera a su nuera y a su familia que creyeran en Jesucristo, y que perseveraran en la oración, para que todos se fueran al cielo. Ella dijo: "Realmente no sabía que había un infierno, o qué tan caliente y miserable es este lugar. Una vez me dieron el título de diácona en una iglesia, pero nunca serví en la iglesia. Tuve muchos ídolos también en el mundo, y me corrompí. Por eso estoy aquí. Lo lamento muchísimo", gritó. Luego, fue lanzada en el líquido caliente de la misma manera. Yo estaba muy asustada y triste, no pensé que podía soportarlo por más tiempo. Tenía la cara cubierta de lágrimas, y el olor a quemado me dificultaba la respiración.
Jesús también siguió derramando su llanto. El Señor me dio una lección importante: "Tienes una sola oportunidad para ir al Cielo, mientras que físicamente estás viva." No podía hacer nada más que verlos sufrir. El fuego en el infierno no puede ser comparado al fuego en nuestro mundo físico.
Después de orar hasta las 7:30am, llegué a casa con la esperanza de dormir un poco, cuando sentí una presencia en la sala. Abrí los ojos, pero no vi nada. Cuando cerré los ojos otra vez, Jesús estaba sentado a mi lado. Un temor repentino se apoderó de mí, y mi cuerpo estaba con la piel de gallina. Oré con valentía en lenguas. De repente, la persona que yo creía que era Jesús se transformó en un demonio oscuro, y tenía los ojos azul oscuro. El demonio con sus manos levantadas intentó recitar la oración del Señor. Entonces gritó: "Todos los demonios levántense!" Yo estaba aterrorizada. Con un grito de mando le dije: "Eres un demonio, en el nombre de Jesús, huye de aquí." El demonio se desvaneció al instante.
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